El cerebro es la parte más asombrosa del cuerpo. Es el jefe que dicta todo lo que haces. En otras palabras, tu cerebro te permite pensar, sentir y moverte de todas las maneras posibles. Es como un centro de comando que está funcionando todo el tiempo y es superpoderoso. Es tu cerebro el que te ayuda a aprender cosas nuevas cada día mientras recuerdas las cosas que ya conoces.
Tu cerebro está compuesto por unidades especiales diminutas llamadas neuronas. Así que hay cerca de 100 mil millones de estas células trabajando en conjunto. Son esas neuronas las que te permiten percibir el mundo. Te permiten procesar lo que ves, escuchas y tocas. Tu cerebro también está involucrado en cómo te sientes. Te hace experimentar diferentes emociones, como la felicidad cuando juegas con tus amigos, o la tristeza cuando pierdes algo valioso.
Hay muchas cosas divertidas y geniales que puedes hacer con tu cerebro. ¿Sabías que puedes resolver acertijos, escribir historias emocionantes, cantar tus canciones favoritas, jugar deportes con amigos? No solo eso, sino que tu cerebro es tan poderoso que también puede hacerte crear arte hermoso, inventar cosas nuevas e incluso explorar los misterios del espacio. Lo que puede hacer tu cerebro es ilimitado.
Tus ojos también son increíbles para adaptarse a las condiciones de luz que te rodean. Cuando pasas de una habitación brillante a una oscura, por ejemplo, tus pupilas (los pequeños puntos negros en el centro de tus ojos) se ajustan. Se contraen en la luz brillante, lo que ayuda a proteger tus ojos, y se expanden en la penumbra para que puedas ver mejor.
Tu corazón es una bomba con cuatro cámaras. Recibe sangre de varias partes de tu cuerpo y la bombea hacia los pulmones para recibir oxígeno fresco. Cuando la sangre está llena de oxígeno, tu corazón la bombea de regreso a todas las células de tu cuerpo. Esto es extremadamente crucial ya que ayuda a mantener los órganos y los músculos del cuerpo.
Tu corazón es demasiado fuerte y puede soportarlo; si algo sale mal, puede absorber mucho estrés y seguir funcionando. Uno de ellos es si uno de los vasos sanguíneos que lleva sangre a tu corazón está bloqueado, sufres un ataque al corazón. Es bastante serio, pero con atención médica y doctores, casi siempre se pueden salvar y bombear sangre nuevamente.
Tu oreja externa recoge las ondas sonoras y las canaliza por un pequeño tubo, el canal auditivo, hasta el tímpano. A medida que las ondas sonoras llegan a tu oído, hacen vibrar tu tímpano, y estas vibraciones luego se dirigen al oído medio. Tres pequeños huesos en el oído medio amplifican las vibraciones. Estos huesos luego transmiten las vibraciones al oído interno. En el oído interno, las vibraciones se transforman en señales eléctricas que el cerebro puede interpretar como sonidos.